LOS PUNTOS CIEGOS DE LOS LIDERES
Octubre, 2025
Introducción
Todos los lideres tenemos puntos ciegos que otros ven, pero nosotros no vemos. Asimismo, todos los pastores principales o lideres principales de ministerios u organizaciones, tienen lideres bajo bajo su responsabilidad quienes lideran a otros y esos líderes también tienen puntos ciegos en su liderazgo, mismos que el pastor principal debe conocer.
Algunos de los problemas más peligrosos en el trabajo de los líderes son sutiles, son áreas ciegas que están bajo la superficie de lo que uno ve a simple vista y de lo que el público ve.
Uno necesita tener la intención especial de identificar estos puntos ciegos además de pedir a personas cercanas a uno que le ayuden a descubrirlas y reconocerlas.
Durante todas estas décadas de ministerio he visto iglesias florecer por un tiempo, pero por no captar a tiempo puntos ciegos en ciertos lideres claves con el tiempo esas iglesias se han venido abajo o a veces simplemente se han mantenido estancadas y sin vitalidad.
Si los lideres son saludables la iglesia es saludable. Si lo lideres aceptan sus errores, llegan a aceptar sus áreas ciegas y se dejan ayudar, transmitirán esa humildad y buen ejemplo a sus congregantes.
ALGUNOS PUNTOS CIEGOS
ALINEACIÓN SUPERFICIAL - unidad aparentada
Muchas veces son lideres importantes a quienes el pastor principal ha delegado cierta responsabilidad sobre otras personas y en su relación con él realmente pareciera que están totalmente alineados, pero realmente no lo están.
Esto es cuando un líder parece estar unido con el pastor principal y con la visión de la iglesia o ministerio, pero es una alineación superficial, es en “apariencias” nada más. Dice las palabras correctas y presenta una imagen correcta ante el pastor principal y ante el público en general, pero por dentro no cree en él ni esta unido a su corazón y visión. Delante de ti pareciera que está totalmente alineado, pero en privado con otras personas se queja de ti y critica tu manera de dirigir la iglesia. No está realmente contigo.
1. LÍDERES QUE LIDERAN BIEN “HACIA ARRIBA”, PERO LIDERAN MAL “HACIA ABAJO”
Ante los que están sobre ellos actúan muy bien y uno piensa que son buenos líderes. Estos siempre aparecen en el ministerio del pastor o líder principal, tarde o temprano.
A ti como pastor principal te reportan todo muy bien y piensas que son muy buenos lideres por lo que te muestran a ti y por lo que tu alcanzas a observar, pero lamentablemente con los que están bajo ellos no hay buenas relaciones. Los que están bajo ellos no se sienten valorados ni apoyados.
Y estas personas que están alineadas superficialmente contigo aumentan en la medida que crece tu iglesia o ministerio. No son fáciles de detectar. Se relacionan bien contigo, su jefe, pero ante los que están bajo su responsabilidad, la historia es diferente.
Cuando llegas a observar un patrón de conducta en un líder por ejemplo que despide a buenos empleados una y otra vez, presta mucha atención. Esto puede convertirse en un problema grande porque a ti, como jefe principal, te dicen lo correcto y te muestran todo bien, pero con los que están bajo su responsabilidad causan problemas.
Señales de que alguien en tu equipo tiene este problema:
a. Cuando hay una alta rotación de empleados. Un líder así llega a despedir a personas muy valiosas repetidamente.
b. Cuando le echan la culpa a otros. Estas personas tienen la costumbre de echarle la culpa a otros y rara vez asumen la responsabilidad. Les gusta asumir el crédito de los buenos logros. En contraste, un líder sano habla bien de sus subordinados y comparte el crédito con ellos.
c. Cuando los integrantes del equipo guardan silencio. Cuando los integrantes del equipo rara vez dicen algo es porque tienen miedo de hablar. Nadie quiere decir nada. Nadie quiere echar de cabeza a su jefe. Temen por su trabajo.
El problema es que pasa tiempo y muchas veces el pastor o líder principal no se da cuenta hasta que ya hay daño causado en integrantes del equipo.
En este caso el pastor principal está ciego, no a sus propios errores, sino a los errores de un líder a quien él ha delegado responsabilidad sobre otras personas.
El líder principal necesita detectar estos problemas con anticipación y resolverlos rápidamente.
2. LÍDERES QUE ALCANZAN LOS OBJETIVOS, PERO PERJUDICAN AL EQUIPO
Estos lideres cumplen las metas, pero a costo de colaboradores agotados o insatisfechos. Producen resultados a un costo en el que se daña a la personas. Los colaboradores no se sienten vistos, ni valorados ni apoyados. A veces, el líder presiona demasiado a su gente.
A veces, hay negligencia. Es cuando el líder no muestra amor por las personas e ignora sus problemas o no le da importancia a sus cumpleaños, sus problemas de salud o sus problemas familiares. Necesitamos lideres que cumplan los objetivos y a la vez que cuiden a los colaboradores y traten bien a la gente que trabaja con ellos.
A veces te das cuenta que tus colaboradores están luchando y quizá hasta lo sientes, pero no les dices nada. No les dices que ves que están luchando y que te interesa aligerarles la carga. Hay que preguntarles a nuestros ayudantes como están y que cosas les están afectando e interesarnos de verdad en ellos.
No solo hay que preguntar: ¿Ganamos?, sino, ¿Ganamos “bien”? O sea, de una “manera” que honró a la gente, etc. ¿Conseguiste los resultados, pero mejoraron las vidas de las personas que participaron contigo? ¿Se sintieron una parte importante de todo? ¿Se sintieron valorados? No asumas que tus colaboradores saben que te importan. Díselos siempre. “Yo te noto, yo noto tu trabajo” y “tú me importas”. Siempre expresa eso, siempre comunícalo.
Señales de que en tu equipo alguien tiene este problema:
a. Cuando un líder siempre buscar resultados y productividad de sus colaboradores a cambio de mostrarles poco o ningún reconocimiento y apreciación.
b. Cuando hay concordancia superficial - mueven la cabeza para arriba y para abajo como diciendo sí en las reuniones, y por lo mismo uno piensa que están de acuerdo con todo.
Dicen que sí, pero realmente están cansados de no ser valorados ni reconocidos. Como parecen estar contigo y parece que todo está bien con ellos, hay un problema subyacente y es que ellos no te importan de verdad.
No puedes liderar eficazmente a las personas si no las amas profundamente. Si te importan los resultados, pero no te importan las personas, eventualmente perderás ambos.
Un hecho: en tu iglesia u organización están sucediendo muchas más cosas de las que tú te das cuenta. Cuanto más crece tu iglesia, menos sueles saber realmente. En teoría y por fuera, las cosas se ven muy bien, pero la verdad es que hay gente que no está bien.
No te desanimes, porque si reconoces esto, ya estás por delante de la mayoría de los líderes. Aprende a prestar atención a lo que oyes y a lo que no oyes. Aprende a observar lo que ves y a la vez comprende que hay cosas que no estás viendo.
Conecta los puntos. Confía en tu intuición. Mantén la humildad. Presta atención a algunos de estos problemas en ti mismo. Dios te ha confiado amar, cuidar y liderar a las personas. ¡Qué responsabilidad y qué privilegio!
OTROS PUNTOS CIEGOS DE LÍDERES
- Hay quienes abusan de su autoridad sobre las personas.
- Hay quienes exageran mucho - no son evangelísticos, son evangelásticos.
- Hay quienes le sacan la vuelta a los problemas - nunca los enfrentan.
- Hay quienes se alargan mucho en sus predicas o enseñanzas.
- Hay quienes interrumpen mucho a la gente y no saben escuchar.
- Hay quienes no se aman a sí mismos y luchan con amar a los demás.
- Hay quienes atacan y ofenden desde el pulpito a sus oyentes.
- Hay quienes se alargan mucho al recoger las ofrendas.
- Hay quienes son muy emocionales.
- Hay quienes ofrecen dar cobertura a otros pastores e iglesias.
- Hay quienes hablan desde el pulpito problemas confidenciales de los congregantes.
- Hay quienes piensan que ejercen autoridad sobre las personas al grado de controlar sus vidas.
- Hay quienes son enojones.
- Hay quienes son gritones.
- Hay quienes son soberbios.
- Hay quienes son coquetos.
- Hay quienes son exclusivistas.
- Hay quienes son solitarios.
- Hay quienes son cordiales pero superficiales y nunca sacan lo que traen en lo profundo de sus corazones.
- Hay quienes son flojos.
- Hay quienes son indisciplinados.
- Hay quienes son irresponsables.
- Hay quienes no tienen palabra - prometen pero no cumplen.
- Hay quienes no son enseñables - lo saben todo.
- Hay quienes no conocen la biblia lo suficiente.
- Hay quienes no se han preparado lo suficiente para el pastorado.
- Hay quienes piensan que es de Dios dedicarse de lleno al trabajo de la iglesia cuando su iglesia no cuenta con los recursos suficientes para darles un salario digno y a la vez no sostienen económicamente como se debe a sus familias quienes pasan muchos sacrificios.
“Y la lista sigue…”
La invitación es a vivir con humildad, apertura y disposición a ser corregidos.
El liderazgo saludable comienza con el corazón dispuesto a ver lo que antes estaba oculto.
por Juan Spyker
con algunas ideas de un podcast de Craig Groeschel