Consejos del Corazón de Ps. Juan Spyker A. Para Siervos de Dios
Estos son “consejos prioritarios” para pastores que realmente desean comprometerse con la “realidad” de la vida y del ministerio, con el “cambio” y con el “crecimiento” de su persona y de su ministerio. Son un mini-resumen de 40 años de ministerio (35 de tiempo completo) del pastor Juan Spyker.
Se amigo de Dios
Vive en la oración, busca la intimidad, se sensible a su Espíritu, cuida tu relación con él por encima de todo, nada ni nadie me satisface más que él, que su amistad, que su presencia, que su amor y calor. El me ha dicho – tu eres mi amigo. Así crece tu persona.
Ama a tu familia
¿Qué más hay en la vida después de Dios? ¿Al final lo importante no será - ¿Cuanto hiciste? - sino - ¿Cuánto amaste? Tu familia hace crecer tu persona.
Ten amigos
Sé transparente, sé sencillo, confía en otros, vuelve a arriesgarte, y escoge con cuidado tus amigos. Busca entre otros pastores. Haz más puentes que muros de separación en tu vida. Tus amigos hacen crecer tu persona.
Busca la unidad del cuerpo de Cristo
Esto honra a tu Padre Dios, no eres mejor que otros, no te aísles, únete, respeta a los demás, ama y cuida el trabajo de otros pastores y no solo el tuyo. Practica una ética ministerial sana y comúnmente aceptada.
Goza de la vida
No seas demasiado serio, descansa, sal con tu familia, escucha música, danza, ríe, juega, el gozo del Espíritu Santo es una prioridad, la vida es para vivirla, con sabor, con pasión, disfrutando las cosas pequeñas también.
Vive en gracia y en amor
No juzgues, no te pelees, no critiques, no lleves la cuenta de lo malo que otros hacen, nunca te salgas del amor de Dios, el hecho de que tu ministerio sea grande no te da autoridad para ser duro y severo con otros.
Cuida tu salud como prioridad
Física, emocional, intelectual, social, sexual, espiritual, etc., eres templo del Espíritu Santo. Si te sientes bien podrás ministrar bien. Ministros sanos -igual a - ministerios sanos – en todos los sentidos.
Conoce y desarrolla tus dones
Redescúbrelos, confírmalos, no seas un ministro dedicado a un ministerio que no va de acuerdo con tus dones, también conoce lo que solo tu puedes hacer en tu ministerio y lo que puedes delegar a otros.
No vivas bajo presión de producir resultados
Números, milagros, edificios, reconocimientos de hombres, todo esto es superficial, relativo y engañoso, lo primero es: crecer como persona, recibir siempre más sanidad en tu vida, haz planes y trabaja pero espera el tiempo de Dios para las cosas.
No seas dogmático
Busca el equilibrio, mantente enseñable siempre, recuerda que siempre tendrás mucho que aprender, no tomes partido fácilmente, la verdad se defiende por sí sola.
Organízate
Constantemente, la administración es de Dios y es indispensable. Busca a gente que destaque en esto y dales trabajo en tu equipo.
Haz un equipo
Enfócate en la prioridad de formar, entrenar y conservar tu equipo, no podrás solo, rodéate de personas que saben más que tu. Asegura muchísima comunicación con ellos.
Estudia, estudia, estudia
Lee y medita en la Biblia todos los días de tu vida, lee otros buenos libros, investiga, observa, sal de tu rincón, conoce más, toma cursos de acuerdo a tus necesidades, toma diplomados, desarrolla tu mente y tu intelecto.
Practica evaluación
Interna y externa, frecuente, objetiva, de tu imagen, de tu personalidad, de tu carácter, de tu trabajo, de la efectividad de tu equipo, de los objetivos de tu ministerio y de los resultados deseados.
Conoce tu área ciega
Haz un esfuerzo extraordinario para que otros te ayuden a conocer tu área ciega. Busca conocer las cosas que casi nadie te quiere decir. Solo así crecerás como persona. Humíllate y acepta tus errores.
Aprende a ser odre nuevo
Ábrete – no a todo movimiento de hombres pero sí a lo que es de Dios, mantente hambriento espiritualmente. Conoce la diferencia entre una ola del mover del Espíritu de Dios con métodos y manifestaciones externas y temporales y un mover del Espíritu fortalecido con la sabiduría y equilibrio de la palabra de Dios y guiado y conservado por los principios eternos de Dios que nunca cambian.
Acepta autoridad sobre tu vida
Rinde cuentas, pregunta a tu cobertura cómo vas, acepta corrección, no te conformes con una cobertura en nombre solamente, no te conformes con apariencias, busca una relación efectiva y práctica para ti y para tu cobertura a la vez. Aprende de muchos pero sujétate a uno.
Busca terminar bien
Vive con integridad y cuida siempre tu buen testimonio – hasta el fin, no te descuides nunca, no bajes la guardia nunca. Sigue con la santidad y mantén un compromiso serio y permanente con Dios, con el cuerpo de Cristo y con el mundo que nos observa hasta el fin.
Da lugar a la nueva generación
Pasa la estafeta, cree en los jóvenes, asegura un sucesor, combina los jóvenes con los mayores. No solo jóvenes y no solo mayores, pero constantemente busca a líderes nuevos y levántalos, entrénalos y suéltalos.
Aprende a dejar muchas cosas en las manos de Dios
No hay respuestas para todo, no tienes que corregir todo lo que no está bien, el mundo no es perfecto, no vas a hacer todo perfectamente, vive en paz contigo mismo y con los demás.
Son muy pocos los que crecen y mejoran sus vidas con la ayuda de Dios, del Espíritu Santo y de sus seres queridos. Ojalá tú seas uno de ellos.
Material Extra: Evaluación General del Pastor
Calificarse del 1 al 10 en cada punto
- Su relación personal con Dios y su vida de oración
- Su relación con su pareja
- Su relación con sus hijos
- Su relación con la familia de su pareja
- Su relación con su equipo de colaboradores más cercanos
- Su amor por la iglesia que pastorea
- Su amor por los no cristianos
- Su habilidad de levantar a nuevos líderes
- Su habilidad en el mentoreo de otros líderes
- Sus hábitos de estudio y preparación
- Su habilidad en la predicación
- Su habilidad en la resolución de conflictos
- Sujeción a sus autoridades espirituales
- Asistencia fiel a los eventos de su organización
- Su conocimiento de la Biblia
- Su rendición de cuentas
- Su planeación de temas de predicación en un año
- Sus habilidades administrativas y organizacionales
- El cuidado de su salud física y emocional
- Su tiempo de descanso y vacaciones
- Su preparación y buen uso de un calendario anual
- Su habilidad en el uso de un buen presupuesto familiar
- Su habilidad de disfrutar lo que hace en el ministerio
- Su testimonio personal en su comunidad
- El sentirse seguro de si mismo en Dios
- Su hábito de consultar a otros y pedir consejo
- Sus habilidades en la innovación y creatividad
- Su habilidad en la consejería
- La diligencia de sus diezmos